"No voy a recomendar a nadie la lectura… quien no quiera mojarse que no
aprenda a nadar, ni se atreva a amar o a beber. Y que no lea tampoco o
que sólo lea para aprender, para destacar, para hacerse sabio o famoso,
es decir; para seguir siendo idiota. El que valga para leer, leerá: en
pergamino, en volumen encuadernado, en piel, en libro de bolsillo, en
hoja volandera o en la pantalla del ordenador. Leerá por nada y por
todo, sin objetivo y con placer, como quien respira, como quien se
embriaga o enreda sus piernas en las de alguien apetecible. Sólo eso
importa, cuando la pasión manda".
Fernando Savater